Batalla de Teutoburgo

Roma era capaz de lo mejor y de lo peor y aunque cosechó grandes victorias tuvo derrotas estrepitosas que trataron de acallar. Quizás la más famosa sea la pérdida de tres legiones completas en el bosque de Teutoburgo situado en la Baja Sajonia cerca de la actual ciudad de Orsnabrück. Cayo Julio César se había enfrentado a las tribu galas, entre ellas a los feroces Arvernos derrotado en Alesia, y había conquistado para Roma un gran territorio estableciendo las fronteras en las orillas del Rhin. A pesar de la gran victoria de César la zona seguía en conflicto, las belicosas tribus germanas hacían incursiones en territorio romano para saquear lo que convierte la protección de las fronteras germanas del Imperio en una necesidad de primer orden. Prácticamente la mayor preocupación que tenían los romanos eran sus fronteras y la posibilidad de una invasión de tribus bárbaras.


Representación moderna de la Emboscada en Teutoburgo

Así pues grandes contingentes de tropas eran destinados a las zonas limítrofes con suevos, queruscos, marcomanos, etc… en ocasiones su política era de ofensiva para disolver posibles agrupaciones enemigas y en otras mediante negociaciones y acuerdos se establecían alianzas y pactos que evitaban posibles ataques. Aún así las tropas romanas alternaban cuarteles y fortificaciones invernales y estivales para proteger mejor sus líneas de suministros y evitar quedar cercados en mitad del duro invierno. Augusto, Gayo Julio César Octaviano, resobrimo del mismo Julio César, nombrado Augusto por el senado y Cónsul vitalicio, había sido vencedor de la guerra contra Marco Antonio y Cleopatra, aumentó las posesiones en la península ibérica y pacifica a los cántabros, más bien sus generales porque el siempre acabado enfermo en posiciones de retaguardia. No era mal estratega, tenía gran visión para planear acontecimientos y sus posibles consecuencias, estudiaba y conocía bien a sus allegados. Nombra a Publio Quintilo Varo gobernador y general de las legiones XVII, XVIII y XIX, Varo no era mal gestor y ya había sido gobernador en Siria, pero en nada se parecía su anterior destino, zona pacificada y tranquila en la que él mismo había sofocado una rebelión hebrea, con la frontera germana que prácticamente estaba en estado de alerta constantemente. A pesar de todo las crónicas le describen como codicioso y lento se mente, dado a los excesos más que a la disciplina de cuartel.



Con el inicio de la época estival del año 9 d.C. Varo cruza el Rhin con sus legiones estableciéndose en territorio querusco, intentanta imponer el sistema jurídico romano a los germanos que evidentemente no lo aceptan y se va fraguando el descontento y con ello la rebelión. Varo había forjado una especial relación con esta tribu y contaba como jefe de un contingente de caballería auxiliar germana con un joven querusco de 25 años ciudadano romano y de clase social elevada (equite) llamado Arminio. Varo confiaba mucho en él dado que le había servido bien.


Desarrollo de la Batalla


Arminio veía a los romanos como invasores y consiguió unir a los marcos, catos y brúcteros a mayores de los queruscos contra Roma. Valiéndose de su cercanía a Varo conocía la forma de combatir romana y conocía todos sus movimientos. Al llegar el otoño Varo decide replegar sus legiones de vuelta a los campamentos invernales pero las noticias de una rebelión germana en el norte y los consejos de Arminio le índucen a aplacar la rebelión de camino a los campamentos para lo que debía dar un rodeo considerable y pasar por el terreno agreste y difícil del bosque de Teutoburgo, es un convoy para cambiar de base operativ y no de combate porque la cantidad de equipaje y pertrechos es exageradamente grande lo que disminuye la velocidad de marcha de la tropa. Las tres legiones se ponen en movimiento con las tropas de proyectiles y auxilias haciendo de exploradores, en segundo lugar una vanguardia de 5000 hombres y 120 jinetes que cubren los flancos. Les siguen los ingenieros y zapadores en cuarto lugar la primera parte del equipaje de oficiales y general, a continuación el general con sus estado mayor y guardia personal, seguidos de la caballería restante, la artillería tirada por mulas e inmediatamente detrás los suboficiales y alquilifer seguidos por el grueso de las legiones (10000 hombres aproximadamente) y cerrando la formación la impedimenta de la tropa más una tropa de comerciantes, familias, prostitutas y civiles en general que solían seguir a las legiones allá donde fueran.



Las legiones avanzaban con gran dificultad entre marismas y terreno agreste. La caballería auxiliar de Arminio en cierto momento se había alejado en misión de exploración por lo que nada raro sospechaban las tropas romanas. Al llegar a una zona boscosa y aprovechando una tormenta los germanos derriban grandes árboles que caen sobre los confusos romanos, inmediatamente lanzan dardos, frámeas y jabalinas contra las tropas imperiales que aún confundidas y desorientadas consiguen formar filas y salir a terreno abierto a presentar batalla. Pero Arminio sabe que la fortaleza de las legiones reside en sus formaciones y dura disciplina así que pone fin al ataque y espera que se vuelvan a adentrar en el bosque. A los romanos solo les queda avanzar dado que retroceder es imposible con todo el equipaje, además se han quedado sin caballería, la auxiliar les ha traicionado y a la caballería romana le ha podido la tensión y han salido al galope liderados por Numonio Vala, lo cuál solo les sirve para morir antes dado que son alcanzados en sus huida y aniquilados. Durante la noche los romanos consiguen medio hacer un campamento en un claro aún así nadie duerme, los gritos de los prisioneros sacrificados a los dioses germanos no les dejan pegar ojo. Las historias sobre la crueldad de los druidas eran ya famosas pero después de aquella noche alcanzaron un nuevo nivel. A mayores se suman las historias de los Ulfhednar (Berserker) que se decía que se convertían en lobos y osos no ayudaban a la moral romana, dado que Arminio contaba con algún grupo de estos guerreros.



Al día siguiente el infierno continua, la artillería, equipamiento y civiles son abandonados a su suerte. Intentando formar como buenamente pueden las tropas romanas avanzan rechazando ataques germanos y siendo hostigados de manera constante, con grandes bajas se van abriendo camino. Varo herido se quita la vida a sabiendas de lo que le harán los germanos si le pillan. Sus legiones se encuentran sin liderazgo y los oficiales y suboficiales toman el mando de pequeños contingentes intentando salvar al mayor número de sus compañeros. Se pierden las águilas de las legiones, se dice que uno de los portaestandarte se arroja a las aguas pantanosas con su águila para evitar que los germanos la capturen. Casio Querea, más conocido por matar a Calígula, es un joven oficial por aquel entonces y consigue que un pequeño contingente luchando de manera cohesionada se abra camino entre los germanos y amparado por la oscuridad huye y da la noticia de la pérdida de las tres legiones.



El desastre es total, tres legiones de entre 5000 y 6000 hombres cada una, más las auxilias y más los civiles, completamente exterminados, esclavizados, caídos en combate o sacrificados en ritos druídicos. La artillería pérdida, la impedimenta pérdida y el equipamiento y panoplia capturada por el enemigo. Arminio envía la cabeza de Varo a Mardob, líder de los marcomanos, que se la envía a Augusto. La noticia de la batalla hace enloquecer a Roma, el miedo a una invasión germana vuelve más fuerte que nunca, se sacan legiones de otros puntos solo para fortalecer la “Limes Germánica”. Augusto prácticamente pierde la cabeza al conocer la derrota y durante el resto de su vida al acordarse de ello se dice que se le oía gritar “Quintili Vare, legiones redde (Quintilo Varo, devuélveme mis legiones)”. A la muerte de Augusto es nombrado emperador Tiberio que enviará a Germánico en distintas campañas de castigo a vengar la derrota y capturar o dar muerte a Arminio. Tras la victoria en Idistaviso la política romana cambia a ser la de contención en lugar de la de conquista estabilizando la frontera y alejando durante unos años el fantasma de la invasión germana.


Monumento a Arminio

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